miércoles, 15 de mayo de 2024

Los Apasionados

 Continuamos con Joan Miró...   Descubramos   que   el lienzo que se esconde en el texto.

Para la semana que viene tienen que escoger un cuadro  propuesto abajo para escribir  (un cuento, un poema, etc)  tomando algunos de los elementos  en el lienzo  para hacer adivinar al compañero vuestra elección.

 1) El carnaval del arlequín, 1924-25. Óleo sobre lienzo 66 x 90,5 cm. Albright-Knox Art Gallery, Buffalo.


En este lienzo no se basó en el paisaje cotidiano de Mont-roig, sino que plasmó una escena completamente fantástica ambientada en su taller de París. Es una de las obras más difundidas del pintor.

El arlequín adornado con unos grandes bigotes, un autómata que toca la guitarra, un gato persiguiendo un ovillo, una escalera con una oreja incrustada o una ventana. Asimismo, encontramos repartidos por toda la escena, diferentes insectos, peces, notas musicales o pentagramas, globos terráqueos, y figuras alargadas. Todos estos elementos simbolizan el hambre que padeció Miró en ese momento de su vida, situación que, según el pintor, le produjo diversas alucinaciones que intento plasmar sobre la obra.

Hay también una vía de escape al exterior: un respiro en forma de ventana abierta sobre un triángulo negro que representa la torre Eiffel. Trataba de profundizar el lado mágico de las cosas., una llama roja, un sol y el cielo azul.

En la tela aparecen ya elementos que se repetirán después en otras obras: la escalera que es la de la huida y la evasión, pero también la de la elevación, los animales y sobre todo los insectos, que siempre le han  interesado mucho. La esfera oscura que aparece a la derecha es una representación del globo terráqueo, pues entonces lo, el gato que lo tenía siempre junto a él  cuando pintaba. Durante ese año frecuentó mucho la compañía de los poetas porque pensaba que era necesario ir más allá del “hecho plástico” para alcanzar la poesía”.

La gama de colores utilizada por Miró es primaria. El azul, amarillo, rojo, blanco y negro, crean un foco de atención sobre las figuras y la escena


2) Retrato de una bailarina española, 1921. Óleo sobre lienzo, 66 x 56 cm.                    Museo Picasso de París

Extraída de internet
 

Respecto a la simplificación formal y el colorido saturado. En ocasiones se ha vinculado la resolución almendrada y ligeramente abultada de los ojos, presente también en otros retratos de la época, con el arte medieval catalán. En general se estima que el dibujo estilizado, la mirada perdida de la bailarina y su expresión ausente, propician una imagen sin emoción, excesivamente distante e incluso extraña, más cercana en concepto y solución a un cartel. No obstante, en ciertas ocasiones se ha reconocido en ella la representación de la sensualidad.

Extraída de internet

La cultura popular, en concreto las revistas ilustradas. Ahora ya se identificó la mujer que aparece en retrato: Conchita Pérez cantante,  no bailaora,  se publicó una fotografía en la portada correspondiente al número del 15 de diciembre de 1920 de Mundo Gráfico.

Miró efectuó una trasposición de la composición, con la misma posición de la figura en tres cuartos, que únicamente alargó ligeramente en la zona del busto. La utilización de los mismos accesorios identificativos de la «bailarina»: las dos peinetas roja y verde insertas en el lateral del cabello, más la colocada en la parte posterior, de tono ocre, esta sí modificada ya no en perfil sino en el diseño interior, la geometrización con la forma romboidal de los pendientes, en este caso sí idénticos a los originales. A ello se sumaba el collar de perlas que, en doble vuelta, se ceñía al cuello de la cantante para caer después sobre su pecho. La resolución del mantón, desde los pliegues del tejido en la zona del hombro, hasta el bordado de motivos vegetales, que aunque análogo, Miró agrandó para que ocupase toda la superficie, algo más extensa que la original.

3) Interior holandes I, 1928. Óleo sobre lienzo, 91,8 x 73 cm. Museo de Arte Moderno de Nueva York.


 

4) Femme / mujer, 1977 Tiza y pastel sobre papel de lija,  32,è x 22,7 cm. Centre Georges Pompidou de París.

 

5) El diamante sonríe al crepúsculo, 1947. Óleo sobre tela, 97 x 130 cm. Fundación Joan Miró de Barcelona.



 6) La estrella matinal, 1940. Gouache, leo y pastel sobre papel 38 x 46 cm. Fundación Joan Miró de Barcelona. 


La vida retirada favorece este proceso de introspección, en el que el cielo y la noche, con sus astros, tienen un papel esencial.

Las costelaciones se producen dos imágenes superpuestas, por un lado, un cúmulo de estrellas o astros cósmicos, por otro, un personaje que se vislumbra a través de un fino trazo. Miró conjuga imágenes y conceptos terrenales y cósmicos en una sola composición, un dialogo entre la tierra y el cielo.

 Las Constelaciones  23 aguadas sobre papel

En agosto de 1939, un mes antes de estallar la Segunda Guerra Mundial, Miró, con su familia, deja París y se instala en Varengeville-sur-Mer (Normandia). Ante la difícil realidad del momento, siente un fuerte deseo de evasión. Allí pintaría las 10 primeras obras de la serie, empezando por Alba y La escala de la evasión.

Tras huir de Francia debido a la invasión de las tropas alemanas, Miró continúa trabajando la serie en Mallorca, donde realiza 10 composiciones más, de carácter más complejo. En 1941 en Mont-roig, finaliza la serie pintando 3 obras.

El artista busca adentrase en lo más profundo del subconsciente humano y nos ofrece su particular visión de la realidad plagada de símbolos y colores.

Plasma en el papel su fascinación por la naturaleza y los ritmos de la música de Mozart y Bach, su banda sonora habitual en aquella época.

Trabaja sin una idea previa.

Todas las obras de la serie están realizadas en formato de 38 x 46 cm., con un soporte de papel que el artista humedecía con gasolina y fregaba hasta conseguir una superficie con una textura rugosa. Aplicaba el color, manteniendo una transparencia para crear el aspecto final deseado.

Sobre este color del fondo, dibujaba con colores puros para lograr el contraste, comenzaba a añadir figuras, líneas y manchas de color de forma instintiva, hasta llenar todo el espacio.